Kan Okami Vengaza, Dolor, Muerte

fanfic de mi propia creación con base de NARUTO
que es guste
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Hace trece años, a un bebé de sólo un año se le implantó a Yattsukori el biju de ocho colas con el poder del hielo. Trece años después de eso Kan Okami (yo) el chico al que le implantaron a Yattsukori acababa de pasar a ser un Ninja inferior, en contra lo que querían sus padres (Mitsuki y Eiko). Ellos querían que yo fuera un notario, pero desobedecí sus deseos. Volviendo a mí historia me convertí en genin; la maestra Hokage (Tsunade) se fijo en mí el poseedor del segundo biju más poderoso y uno del clan Okami, el fuerte de toda la villa, con los jutsus de la madera respectivos de mi clan. Tsunade me puso a cargo de un jonin muy capacitado para cuidar a un jinyurichi, los compañeros de mi equipo eran Sôkar Kurai, un genin capaz de controlar la oscuridad, también poseedor de un biju, al que quería como al hermano mayor que nunca tuve y Sen Hana, una Kunoichi tan guapa y fuerte como Sakura y Tsunade; el maestro aún no lo conocíamos pues estaba enfermo y lo tuvieron que sustituir por un Raíz que se hacía llamar Tenzo que tenía su brazo derecho vendado por una herida muy reciente, eso nos decía él.
Nuestra primera misión consistía en proteger a Seibo, la futura reina de Tsuki un país muy lejano, y a su hija Taiyo, hasta que llegaran a su país. La niña tenía nueve años, aún era una cría, era caprichosa y llorona aunque ojo de que le hagas llorar o le grites porque Sen te saca volando de un puñetazo. Cuando estábamos llegando al país de Tsuki nos atacaron cinco ninjas que podían controlar todos los elementos, Mizuki y Hi lucharon contra Tenzo y le ganaron, Sôkar luchó contra Kaze y fue eliminado, Sen luchó contra Denki y lo mismo que a los otros; yo, que era el más joven, me tuve que quedar atrás pero al final me tocó luchar contra el líder Tsuchi después de haber visto como mataron a mis compañeros, mi sangre de jinyurichi ardió y pude usar el poder de Yattsukori, pero a pesar de todo no pude vengar a mis compañeros, después me desmayé y desperté en el hospital de la ciudad de Tsukiyomi, la capital del país de Tsuki, la enfermera me dijo que, según Seibo, estuve a punto de morir, pero Sôkar me hizo un jutsu traspasándome su biju para poder salvarme arriesgando su vida. Yo me sentí triste, enfurecido y decepcionado. Triste por la muerte de mis compañeros, enfurecido por no haberles podido protegerles ni ayudarles y decepcionado por aún siendo del clan más poderoso de Konoha y teniendo a Yattsukori, no haber podido vengarles. Entonces Seibo y Taiyo entraron por la puerta, Taiyo me saltó encima y se puso a llorar mientras me abrazaba.
De vuelta a Konoha pasamos por donde luchamos contra los cinco de los elementos, me gire para preguntarle a la reina Seibo donde estaban los cuerpos de mis compañeros, ella me respondió que se encontraban en las tres caravanas que se encontraban más delante de la nuestra para que no nos estorbara ya que iba mucho más lenta. Al llegar a la villa fui al despacho de Tsunade para hacer el informe de la misión, al llegar Tsunade me dio el pésame por la muerte de mis compañeros y amigos yo me gire y le di la espalda y me marche de aquel lugar, “día triste, día adolorido, día de muerte, el día en el que perdí a mis únicos amigos” me dije a mi mismo mientras miraba mi reflejo en el río que atravesaba la villa, entonces me consideraba un fracasado y decidí que no podía morir sin haber vengado a mis amigos elegí la vía del vengador . Cuatro años después me encuentro como uno de los mejores asesinos de elite en una misión acompañado de mi nuevo maestro que se le conocía como arquero de hielo el también poseía jutsus de hielo, la misión trataba de encontrar el escondite de un grupo de villanos que atacaron la villa y huyeron, esperaba que fueran los cinco de los elementos para poder vengar a mis amigos pero por desgracia no eran ellos, eran unos simples genins de la villa de la lluvia, pero nos sirvieron para poder saber los planes de la villa de la lluvia y poder evacuar la villa de la hoja, nos ocupamos de llevar una carta de parte Tsunade al Kazekage Gaara para pedirle permiso para traer a los civiles de la villa de la hoja hacía aquí, el Kazekage acepto sin protestar nos pidió que nos llevásemos unos ninjas de la arena para que nos ayudasen a proteger la villa, nosotros aceptamos con la condición de que fueran pocos, ilusos de nosotros nos mandaron quince escuadrones de cinco ninjas cada uno en total unos setenticinco ninjas para proteger la villa más unos trecientos veinticinco ninjas de la hoja son cuatrocientos ninjas.
Lo que paso después es un poco aburrido os lo resumiré en que los civiles llegaron al Suna sin ninguna baja y lo que creíamos que iba a ser una guerra de las largas solo duro una semana y no tuvimos ninguna baja. Mientras recogíamos los cadáveres de nuestros enemigos encontré un Ninja que me contó que unos ninjas que se hacían llamar los cinco de los elementos habían atacado a unos genins de la lluvia, también me dijo que los encontraría en el punto donde se encontraban el país de fuego con el de la catarata y el de la hierba en una cueva que no se tarda en encontrar, murió al acabar de explicarme eso. Corrí hacía el despacho de la Tsunade para pedirle permiso para ir en busca de los cinco de los elementos, ella me dio el permiso para abandonar la villa pero con una condición alguien me tenía que acompañar para ser mas exacto me tenia que acompañar Clea Inuzuka una chica que no paraba de seguirme de pequeños, era guapa y astuta era la mejor compañera que me podía haber tocado, pero cuando me veía se enrojecía o se desmayaba, pasaron dos horas y no llegaba no me había dado cuenta que estaba escondida detrás de la puerta durante una hora la fui a saludar y Reki me pego un susto cuando me acerque a la puerta que me di un golpe con el marco de la puerta y se rieron de mi, “hola Clea” le dije mientras me frotaba la cabeza y de golpe se paro de reír y se puso roja, “bueno, nos vamos” le dije mientras me levantaba del suelo y le cogía de la mano y nos íbamos de la villa para ir esa cueva que me hablo aquel Ninja.
Dos días después llegamos a esa cueva, cuando la vi el poder de Yattsukori despertó pero no fue lo único en mi interior que despertó, el biju de Sôkar, el biju sin nombre, el único biju con alas, el biju oscuro. Nos adentramos en la cueva Clea estaba tan asustada que se cogió a mi brazo derecho, a cien metros de la entrada habían unas escaleras que descendían, al bajarlas se encendió una luz y nos dimos cuenta de que estábamos en una sala donde había un trono muy grande con los cinco de los elementos delante, no pude controlar el instinto asesino de los biju y los ataque dejando atrás a Clea, del poder que desprendía mi chakra los derrote sin problemas, pero la cosa no había acabado derepente se empezaron a oír aplausos “bien hecho Kan, bien hecho. Parece que el experimento funciono perfectamente” dijo alguien desde las sombras del trono, me gire y le vi creía que estaba bajo un jutsu ilusorio pero no era así no era un jutsu ilusorio ¡era Sôkar!
-hermano- grite con todas mis fuerzas- estas vivo, pero yo te vi morir como sigues vivo
-ese no era yo- dijo Sôkar riéndose –era un cadáver falso-.
-¿cadáver falso?- dije yo extrañado
-un cuerpo de una persona cualquiera operado para parecer otra persona- dijo Clea- ¡esa técnica esta prohibida!-.
-a mi no me hables de prohibiciones- dijo Sôkar- soy un renegado, una persona que aparece como asesino de clase S-.
-¿como pudiste, hacerme eras como un hermano para mi?- le dije golpeando el suelo.
-como preguntas. Acaso no sabías que fue Tenzo quien mato a mi padre-dijo Sôkar enfadado.
-no lo sabía- dije yo- pero ¿Por qué heriste a Sen, ella que te hizo?-.
-¿que me hizo?- dijo Sôkar- nada, simplemente. Ni siquiera la e herido, la capture y la metí en esa jaula de la derecha-
Clea se acerco a la jaula para ver si estaba bien-¡Kan, Sen esta aquí!-grito Clea- ¡Tiene un jutsu ilusorio!-.
-Maldito Sôkar te quería como a un hermano, pero veo que eres un traidor-dije enfurecido- ahora vengare la muerte de Tenzo-.
De tanta furia que tenía retenida en mi alma pude usar los dos chakras de los biju, me aparecieron unas alas de color negro y el pelo cambio de color a blanco e hice el jutsu de la mazmorra cuatro pilares un jutsu de madera que crea una cárcel de madera.
-¡Sôkar, te matare!-dije creando una espada de madera y hielo.
-no lo conseguirás nunca- dijo Sôkar- no eres rival para mi-.
La furia me hizo perder el control sobre mi cuerpo dejando salir mas partes de los biju hasta llegar a igualar a Sôkar pero podía haber atacado a Clea y a Sen, le pude derrotar en tres horas.
-¿Por qué no me matas?- dijo Sôkar.
-porque la misión me impide matarte- dije mientras recuperaba mi forma original- y porque debes recibir tu castigo-.
-entonces… ¡me matare yo!- grito Sôkar.
-¡no!- dijo Sen mientras se apoyaba en Clea -no lo permitiré, no dejare que te mates-.
-Sen- dijo Sôkar sonriendo.
Yo mientras tanto caía al suelo por haber usado demasiado chakra.
-¡Kan!- grito Clea- ¿que te pasa, te encuentras bien?-
-Si solo estoy un poco agotado- dije mientras intentaba levantarme.
-no te levantes, tienes que descansar un poco- dijo Clea mientras se le caían unas lagrimas- por favor no te levantes, si lo haces… te perderé-.
-tranquila no me perderás- dije mientras intentaba levantarme para abrazarla- no llores por algo que no va a pasar-.
-vale-dijo Clea.
-venga Sôkar, dejemos solos a los tortolitos- dijo Sen mientras levantaba a Sôkar

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